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domingo, 24 de mayo de 2015

Exposición Antiguos Instrumentos de Tortura (TOLEDO)

La Exposición permanente "Antiguos Instrumentos Instrumentos de Tortura" se presenta en la sala de exposiciones "Alfonso XII" (C/ Alfonso XII nº 24) de Toledo.

Está dividida en cinco bloques temáticos y ofrece un brillante recorrido por el temido tribunal de la Inquisición.

PÉNDULO O GARRUCHA.

Con estos aparatos se castigaban infracciones menores y se exponía a las víctimas al escarnio de la multitud, que al ver a alguien con tal artefacto, lo hacía objeto de ofensas físicas y verbales.
Estos artefactos tenían como finalidad infligir un largo tormento, que no necesariamente debía culminar con la muerte de la persona, aunque a veces ello ocurriera por la severa infección de las heridas ocasionadas o como consecuencia lógica y natural de la tortura.

EL GARROTE VIL

Este método de ejecución -vigente en España desde 1820 hasta 1978- terminaba con la vida de los condenados a la pena capital mediante la rotura del cuello. El garrote, un collar de hierro asido a un tornillo con una bola en el extremo que sustituyó a la horca, provocaba la dislocación de la apófisis de la vértebra axis sobre el atlas en la columna cervical. 

Aunque teóricamente la muerte se producía de forma instantánea, lo cierto es que en la mayoría de los casos provocaba lesiones laríngeas y la víctima moría por estrangulamiento. La fuerza física del verdugo, que giraba el tornillo y aplastaba el cuello hacia delante de forma progresiva, hasta dislocarlo, resultaba un factor determinante.

Los últimos ejecutados con este cruel método en nuestro país (en 1974) fueron el anarquista catalán Salvador Puig Antich y el alemán Heinz Ches (llamado en realidad Georg M. Welzel), un delincuente común.

La silla de Judas: 

La cuna de Judas (silla de judas) es un instrumento de tortura utilizado principalmente para sacar confesiones. Consiste en una pirámide puntiaguda, sobre la cual se alza a la víctima para después dejarla caer una o varias veces, de modo que la punta topara con la zona genital o anal con mayor o menor presión dependiendo de cómo evolucionara la confesión. Era utilizado en Europa en tiempos de la Inquisición siendo conocido con el mismo nombre (alusivo al apóstol traidor). Se atribuye su invención al jurista boloñés Ippolito Marsili

Las Jaulas Colgantes 

Hasta finales del siglo XVIII, en los paisajes urbanos de Europa no era extraño encontrar abundantes jaulas de hierro y madera adosadas al exterior de los edificios municipales, palacios ducales o de justicia, catedrales, murallas de las ciudades o en altos postes cerca de los cruces de caminos. 
Las víctimas, desnudas o semidesnudas, eran encerradas en las jaulas y colgadas. Morían de hambre y sed; por el mal tiempo y el frío en invierno; y por el calor y las quemaduras solares en verano. A menudo, anteriormente habían sido torturadas y mutiladas para mayor escarmiento. Normalmente los cadáveres se dejaban en descomposición hasta el desprendimiento de los huesos, aunque a veces se cubrían herméticamente con resina de pino, con el fin de retrasar los efectos de la descomposición, y se rodeaban con correas para impedir el desprendimiento de los miembros. De ésta manera, se utilizaban como escarmiento moral.

HACHA Y TAJO.

La decapitaciónn era considerada una una muerte instantánea que se reservaba por su "benignidad", para personajes de cierta relevancia social.Los plebeyos eran ajusticiados por métodos que inflingieran una agonías prolongadas.
Originalmente se utilizaban espadas diseñadas expresamente, por su longitud y su peso, para ese fin. Pero el hacha empezó a ganar adeptos por su eficacia. Hay que recordar que se buscaba la muerte instantánea por lo que la profesionalidad del verdugo estaba en juego si no lo conseguía.
La neurología moderna a puesto de manifisto que la cabeza cortada, durante unos segundos, tiene noción de su situación...

ORIGEN DE LA GUILLOTINA: La palabra guillotina se originó en el apellido del autor de la iniciativa, el médico francés José Ignacio Guillotin, que el 10 de octubre de 1789 presentó a la Asamblea de los Estados Generales un proyecto de ley para humanizar —valga la paradoja— la pena capital y abolir los antiguos métodos de ejecución; el ahorcamiento para los villanos, la decapitación para los nobles y el infamante de la rueda aplicado a los asesinos, por sustentarse el principio de igualdad de pena para todos, sin distinción de clases y para evitar sufrimientos innecesarios al reo.

El proyecto del Dr. Guillotin, que al principio no despertó interés, tuvo aprobación en marzo de 1792, pero su diseñador no fue el autor de la idea, sino el Dr. Louís, de la Academia de Cirugía de Francia. A un alemán constructor de clavicordios llamado Schmidt, se le encargó la fabricación de la máquina, que, terminada, fue experimentada con cadáveres y animales.

Su estreno tuvo lugar el 27 de mayo de aquel año con un delincuente común ‘llamado Pelletíer. En sus comienzos y por breve tiempo, popularmente se la denominó la Louison o la Louisette, por el Dr. Louis que dirigió la construcción; inexplicablemente se le cambió por el de guillotina, con que ha llegado a nuestros días. No está demás recordar que en rigor, la “máquina niveladora” como se la denominó también, tuvo origen en un aparato de forma más simple empleado en Italia en el siglo XVI, llamado mannaja, que en Francia se aplicó en la ciudad de Tolosa en 1632, cuando se decapitó al duque de Montmorency, al ser vencido en la lucha contra su poderoso enemigo, el cardenal Richelieu.

LA RUEDA PARA DESPEDAZAR
La rueda para despedazar. Era el instrumento de ejecución más común en la Europa germánica, después de la horca, desde la Baja Edad Media hasta principios del siglo XVIII. En la Europa latina el despedazamiento se llevaba a cabo con barras de hierro macizas y mazas herradas en lugar de ruedas. La víctima, desnuda, era estirada boca arriba en el suelo o en el patíbulo, con los miembros extendidos al máximo y atados a estacas o anillas de hierro. Bajo las muñecas, codos, rodillas y caderas se colocaban trozos de madera. El verdugo, asestando violentos golpes con la rueda de borde herrado, machacaba hueso tras hueso y articulación tras articulación procurando no asestar golpes fatales. La víctima se transformaba, según nos cuenta un cronista alemán anónimo del siglo XVII, "en una especie de gran títere aullante retorciéndose, como un pulpo gigante de cuatro tentáculos, entre arroyuelos de sangre, carne cruda, viscosa y amorfa mezclada con astillas de huesos rotos”. Después se desataba e introducía entre los radios de la gran rueda horizontal al extremo de un poste que después se alzaba. Los cuervos y otros animales arrancaban tiras de carne y vaciaban los ojos de la víctima hasta que a ésta le llegaba la muerte.

El San Benito.

El sambenito en sus orígenes fue una especie de saco bendito (porque era previamente bendecido por un sacerdote) que usaban los cristianos primitivos durante su penitencia. Se colgaban sobre el pecho y la espalda a través de una abertura por donde se metía la cabeza. Los monjes benedictinos, de la orden de San Benito (del latín Benedictus que significa bendito), fundada a comienzos del S. VI llevaban una vestimenta similar, un ancho escapulario que portaban por encima del hábito al que se le llamó san benito y luego sambenito por aspiración fonética.

En la Edad Media, la Santa Inquisición convirtió los sambenitos en la túnica de la infamia, el símbolo de la humillación pública que los condenados por herejía eran obligados a llevar. Esta vestimenta era generalmente de lana, de color amarillo, estampada con la cruz de San Andrés (que significaba humildad y sufrimiento), pero también con llamas de fuego, demonios y grafías que aludían al tipo de condena a que sería sometido el reo. Además del sambenito, los sentenciados llevaban una coroza (del lat. crocea): gorro cónico o capirote, marcada con los signos de su delito.

El Violón de las comadres. 
Es una versión parecida al violón simple, que se utilizaba con mujeres acusadas de chismosas y otros delitos parecidos

La toca o tortura del agua.

Sobre el poste de la derecha se tumba a la víctima mirando hacia arriba. Con los embudos se va vertiendo agua en la boca del individuo, que se ve forzado a tragarla. Solía introducirse un trapo hasta la garganta que se iba empapando con el agua, para que el sujeto se viese obligado a tragar hasta la asfixia. A veces se sacaba el trapo de golpe, provocando desgarros en la faringe.

LA PERA ORAL (sobran las palabras)

Podía usarse introducida por boca, por ano o por vagina. Los pinchos del extremo desgarraban los tejidos.

Destrozapulgares: La imagen no es muy buena, porque el aparato estaba bajo un cristal y daba reflejo. Se colocaban los pulgares dentro, y se iba apretando hasta destrozarlos.


EL DESGARRADOR DE SENOS.

El método de uso, consistía en colocar la pinza con las puntas al rojo vivo o frías sobre los senos, entonces el verdugo procedía a desgarrarlos, hasta convertir los senos en masas amorfas. Este instrumento servía además de castigo, como métodopersuasivo inquisitorial y judicial.
Existe un caso famoso, del que se tiene registro el uso del desgarrador, se trata de Ana Pap... Ver más


El Violón: los agujeros son para colocar la cabeza y los brazos (aunque no sé muy bien cómo se colocaban), de modo que el individuo tiene que soportar el peso y las rozaduras.


Potro de tortura: la víctima era atada por sus miembros y estirado hasta dislocarlos.


CORONA DE CLAVOS.


El Cepo: las muñecas se colocaban en la parte metálica de arriba, y los pies en los agujeros de abajo. Eran usados para humillar públicamente.


Silla de interrogatorios: da miedo sólo verla. En la siguiente fotografía la veréis más de cerca.


Máscaras infamantes: se colocaban para humillación del preso, pero también suponían un importante castigo físico por su peso y por las rozaduras que causaba el llevarlas puestas.




Collares para jugadores de dados.

Para hacerse una idea, estos dados tienen unas dimensiones de unos 10x10x10 cm.

Collares para jugadores de cartas: se hacía llevar puestos estos collares, muy pesados, que humillaban y a la vez acusaban al individuo del tipo de juego.


La Cigüeña: la cabeza va colocada en el extremo redondeado, las muñecas se enganchan en los aros laterales, y los tobillos en el otro extremo. No se ve muy bien, pero sale dibujado en la esquina inferior del cartel naranja.


Picota en tonel: castigo para borrachos, se les introducía dentro de este gran tonel. Su objetivo era parecido a los collares vistos antes, la humillación, aunque en este caso también el tormento de soportar su peso y las rozaduras que ocasionaba.


Doncella de hierro: la víctima era encerrada en el interior, y los pinchos se clavaban en el cuerpo.


Aplastacabezas: la presión ejercida por el casco al girar la manivela, termina destrozando el cráneo y haciendo que los ojos salgan de las cuencas.

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